Taylor Buchholz ha llegado.

El joven lanzador, en su segunda aparición como abridor en las Grandes Ligas, ha sorprendido a propios y extraños con una joya de pitcheo forjada contra los Piratas de Pittsburgh este sábado en el Parque Minute Maid con score final de 3-0.

Buchholz además recibió una inmensa ayuda por parte de Craig Biggio, quien anotó todas las carreras obtenidas por los siderales: en el primer episodio, gracias a sencillo impulsor de Morgan Ensberg; luego en el quinto, con elevado de sacrificio de Lance Berkman (que representa su carrera remolcada número 19 en la temporada); y en el séptimo, Biggio dio la vuelta al cuadro al conectar su segundo jonrón del torneo.

Fue una cátedra de pitcheo dictada por el novel serpentinero: mantuvo a los bucaneros sin alternativas, sin hit ni carreras, hasta que Jeromy Burnitz arrancó el quinto de Pittsburgh con un sencillo. Sería uno de solamente 2 indiscutibles que obtendrían los Piratas.

Buchholz consiguió un total de 5 ponches y culminó con efectividad de 1.80, coronando su primera victoria en las Ligas Mayores.

Todo corría sin mayores complicaciones hasta que en el noveno, con 2 out, Chris Duffy y Jack Wilson respondieron con sencillos consecutivos, quedando ambos situados en los ángulos. Los fuegos artificiales se dispararon prematuramente, pero todo significaba el final de la actuación de Buchholz, y una nueva oportunidad de rescate para Brad Lidge.

Lidge, quien ayer tuvo sus traspiés, pudo conseguir su séptimo salvamento de la campaña, ponchando a Jason Bay en un dramático ultimo turno.

La nota discordante fue el final de la cadena de juegos consecutivos con jonrón para Morgan Ensberg. No obstante, ligó su décima séptima carrera impulsada del año.

Para quienes pensaron que los Astros tenian una situación de fuerte incertidumbre debido a la presencia de muchos nombres jóvenes como el de Buchholz, las actuaciones de esta noche y la anterior por parte de Wandy Rodriguez, representan un indicio contundente que, por el contrario, se cuenta con herramientas suficientes para obtener los triunfos. Es sencillamente impresionante lo vivido entre ayer y hoy.