Hoy temprano, quienes me saludaron lo hicieron con dos palabras.

José Valverde.

Creo que todos, sin excepción, recordaron lo ocurrido en Filadelfia. Que para qué mencionarlo, ¿verdad?. El juego iba 3-0 a favor de los Astros. Shawn Chacón tuvo otra excelente salida. Y como es obvio, Cecil Cooper puso a su cerrador a intentar acabar el juego.

Lo que pasó fue algo muy distinto. Los Filis aprovecharon la mala noche de Valverde y dejaron en el terreno a los siderales buscando explicaciones.

Hoy la radio fue explosiva, y muchos intentaban entender lo ocurrido. Que si Valverde tuvo una rara temporada el año pasado, y está volviendo a ser el lanzador medianamente aceptable que suele ser.

En el juego de esta noche, Roy Oswalt hizo lo de siempre. Lo que se espera de él. Y Cooper, para asegurar el resultado favorable, se fue con Doug Brocail. La excusa perfecta es que Valverde lanzó demasiados pitcheos, y el experimento salió bien. Brocail rescató, y los Astros ganaron.

La de anoche fue la segunda blown save de Valverde, y vamos a estar claros: la temporada apenas comienza. Falta mucho. Valverde podrá recuperarse, y de seguro lo hará.

Pero también es cierto que si Valverde falla, al menos hay otra opción por ahí. Y Cooper tiene cartas para jugar. Eso al menos me hace respirar un poco más tranquilo. Làstima que entre tanto preocuparnos por Valverde nos olvidaremos del buen pelotero que nos está resultando ser Michael Bourn, y de que el pitcheo abridor de este equipo no es la espada de Damocles que nos han vendido.