Pensaban que estaba fuera…
Los Astros se volvieron a colocar en una distancia no muy lejana de los Rojos de Cincinnati, actuales dueños del comodín de la Liga Nacional, con un quinto inning productor de seis carreras, incluyendo un monstruoso cuadrangular de Lance Berkman impulsor de tres rayitas, para que los espaciales se impusieran 8-5 en el Parque Minute Maid.
Así como llovió de forma inclemente en Houston, los Astros hicieron todo como era debido, a pesar de la tambaleante actuación de Andy Pettitte. Aprovecharon los problemas que sigue confrontando el abridor Bronson Arroyo, los cuales fueron más que evidentes en la noche de ayer.
Berkman disparó par de vuelacercas, incluyendo el laberíntico batazo que a la postre fue el segundo más largo en la historia del Minute Maid; nada mal si consideramos que se recupera de una dolencia a nivel de su ingle que le obligó a trotar las bases.
Todo cayó como anillo al dedo después de un artículo de Jim Molony, uno de los escritores más racionales que cubren al equipo, que dijo lo que todos sabemos: este equipo tiene con qué. El caso no es de falta de piezas, sino de falta de ejecución. Y los Astros ayer lo hicieron todo bien.