Pettitte, al reencuentro consigo mismo
No había escrito antes porque de verdad quería digerirlo, y digerirlo bien. No reaccionar de la misma forma rápida y casual con la que estamos obligados a reaccionar en muchas oportunidades debido a la inmediatez en la que debemos llevar la información, y a lo que los tiempos que vivimos y nuestra competencia nos obligan.
¿Qué significa para Andy Pettitte el regresar con los Yanquis? ¿Y qué significa para los Astros? Es cierto, Pettitte fue el inicio de un buzz, de un ruido y un sentir que nos montó en un tren maravilloso el cual lleva tres años ya y condujo a dos Series de Campeonato de Liga, una Serie Mundial y el tener aspiraciones de clasificación en el último día de la temporada. Y es muy cierto que Pettitte fue el catalizador para que tuviéramos la bendición de ver a Roger Clemens vestir el uniforme de los Astros de Houston.
Y no es menos cierto que este no parece ser el Pettitte que llegó a Houston, buscando estar más cerca de su casa y tener que viajar menos. Esa fue al menos una de las razones esgrimidas por el serpentinero para escoger el lanzar en el Parque MInute Maid. Y quizá, luego de sentarse y ver su récord en 2006 de 14-13, con efectividad de 4.20, se sentó y pensó que una segunda oportunidad en Yankee Stadium podría traerlo de vuelta a aquellos años de dominio que tuvo en el Bronx.
Ojalá sea así. No es fácil el poder lidiar con las presiones que conllevan el lanzar para los Yanquis. O jugar con ellos, sin importar la posición. Pettitte lo sabe muy bien, y si no es así, puede preguntarle a un Randy Johnson, o a un Alex Rodríguez que vio su bobblehead en la portada de la revista del New York Times, preguntándose que había en su mente al cometer tantos errores defensivos y luchar amargamente con la zona de strike.
Jugar con los Yanquis es jugar con fuego. O es la gloria o es el peor de los infiernos, y las llaves de ambos lugares son cuidadas por las mismas personas: Mike Lupica, Mike & The Mad Dog, WFAN, la cadena YES, el New York Post y Murray Chass. Pero de todos modos, Nueva York está bailando el mismo son de un mercado que le da cualquier cantidad de dinero a Gil Meche, porque sabe que el pitcheo es escaso en estos días, por no decir inexistente. Pettitte dice que "los Yanquis insistían e insistían, mientras los Astros se mantenían quietos".
Suena duro decirlo, y no por ello dejamos de agradecer todo lo que Pettitte hizo en Houston, pero no es menos cierto que vimos a un Pettitte errático, que constantemente mostraba vergüenza por sus actuaciones, que llego a decir que contemplaba el retiro bien desde junio o julio.
Solo el tiempo sabrá decirnos si Houston tomó o no la decisión correcta. Sin embargo, no creo que Andy Pettitte haya escogido el mejor lugar posible para intentar un reencuentro consigo mismo.